¡NO COMPRES, ADOPTA!

¡NO COMPRES, ADOPTA!

¿Os suena? Sí, es el lema de miles de campañas en contra del abandono animal, campañas que nos hablan sobre una natalidad controlada y una crianza responsable, para que nunca, ningún animal pueda verse abandonado, para que sean adoptados y cuidados durante todas sus vidas, campañas que nos llegan al corazón por su carácter «humano», bueno, ahora quiero que os planteéis una cosa…
¿Qué pasa cuando no se trata de un animal?
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¿Qué pasa cuando se trata de un bebé?
La adopción, claramente, no es mala.
La compra si… ahora sigue pensando…
¿Qué pasaría si tu primo, tu hermano, tu padre, tu madre, un amigo o alguien que simplemente conoces de vista fuera la compra de alguien? Si, como quien va al super y trae la compra a casa…
¿Y si fueras tú esa compra y nada más nacer (o antes) alguien hubiera pagado por ti?
Ahora mismo, posiblemente ya no os parezca tan viable, o tan buena idea…
Pues lo que ahora quiero explicaros, es que pasó cuando ese bebe… fui YO
El trauma emocional que se crea cuando te enteras que eres adoptado parece un cuento de Disney comparado con el que surge cuando te enteras que alguien, un día, decidió ponerle precio a tu vida, y que, desde ese punto, incluso antes de nacer, fuiste el fruto de un intercambio mercantil…
Nadie en ningún lugar te quería, no podía cuidarte, nadie en ningún lugar te quería y por eso prefirió que tuvieras una vida mejor en otro lugar, con otra familia, nadie en ningún lugar tenía muchos problemas y no podía hacerse cargo de ti…
¡NO! Nada de eso, simplemente alguien un día decidió hacerte previo pago, o aprovechar lo que entendió como un error, alguien te usó antes de nacer para lucrarse, sin importar demasiado que pasara después contigo, si irías a un lugar donde fueras querido, lo único que importaba aqui era la transacción económica, bebé por dinero, nada más…
Te das cuenta que no fuiste fruto del amor, ni de un «error» ¿que eres? ¡Ah sí, creo que lo sé! Los bebés vendidos no dejamos de ser los artículos de lujo de parejas pudientes, con ganas de ser padres, que no quieren pasar por un proceso de adopción lento, pero que garantiza un futuro digno para el bebé, los bebés vendidos somos el resultado del «quiero un bebé y lo quiero ahora» pero los bebés crecemos, y os aseguro que, a mí, no me hubiera importado ser adoptada. Adoptar y dar en adopción no es malo, vender y comprar es traficar con personas.
Para que podáis entender mejor, os hablare de cómo me siento yo, ahora sí, en primera persona.
Ni para mis padres biológicos, ni para mis padres adoptivos supuso un trauma tenerme, los primeros se lucraron, y los segundos tuvieron un bebe sano como ellos querían, sí, me cuidaron y me han dado una familia toda la vida, pero al final, no he dejado de ser un capricho pagado con unos cuantos billetes…
Y el amor, no se paga con dinero…
Para mí, enterarme de que he sido un bebe vendido, ha sido uno de los traumas más grandes de mi vida, desde que lo sé, y de por vida, me ha marcado.
Me ha superado emocionalmente.

Imaginaros que de pronto os enteráis que vuestros padres os vendieron a otros que a su vez os compraron… que vuestro nacimiento ya estaba planificado, con una señal de dinero antes, y el resto del pago a nacimiento, si, si, igual que cuando compras un electrodoméstico, o una casa… ¿No se os ponen los pelos de punta? Pues no sabéis lo que es (o si) saber que tú has sido eso.
Antes de saber la verdad, supe que era adoptada, y de pronto, sentí una soledad inmensa, sentí que no sabía quién era y que mi vida había sido una mentira, pero que aun asi, tenía una familia que me quería, y que en algún sitio tenía otra familia que por alguna razón no habían podido cuidarme, pero que hicieron lo mejor para mí, ponerme en adopción para que tuviera una vida mejor…
¡Pero no! ¡Resultó que con el tiempo descubrí que coste 2 millones de pesetas, eso sí, del 84, que oye, eso hace que mi valor inicial fuera bastante considerable… por lo menos! (Hay que ponerle humor a todo)
La cuestión es que por más que lo intento no consigo superar una serie de secuelas que tengo desde que supe la verdad, una de ellas, es la sensación tremenda de inseguridad que tengo. ¿Cómo no me voy a sentir menos que los demás, si me hicieron como un objeto de compra-venta?
Al final intento vivir la vida pensando que lo que importa no es el dinero, que muchísimas más cosas valen la pena, que lo material es secundario, y yo no dejo de ser eso, algo material fruto del lucro de dos personas.
Ahora, es el momento de ponerme un poco más seria, y dejar de lado mis sensaciones personales, ahora quiero hablaros de este sistema político que quiere legalizar los VIENTRES DE ALQUILER.
No podemos engañarnos, los vientres de alquiler no dejan de ser trata de personas, trata de bebes, comercio de seres humanos. Sí, no es para fines negativos en su mayoría, las familias que compran sus bebes los cuidan y los quieren, pero igual que pueden querer y cuidar a bebes adoptados. La gran diferencia, y que está ocurriendo actualmente, es que al comprar un bebé lo quieren tal y como ellos lo han imaginado. Ya que lo han pagado, ¿por qué no? ¿Y qué ocurre cuando esos bebés no son como ellos imaginaban? ¿O cuando crecen y se rebelan? Al final esos niños son tratados como objetos prácticamente durante toda su vida y esos padres no han aprendido que cada persona es como es, y eso no se puede cambiar.
Legalizar los vientres de alquiler es dar el pistoletazo de salida para que traficar con seres humanos sea legal, para enriquecer a mafias de forma legal, y para que millones de niños queden marcados para siempre, porque antes o después, todos acabamos sabiendo la verdad y nadie merece sentirse como un objeto durante toda su vida, nadie merece sentir que, si no hubiera sido a cambio de dinero, su vida no habría tenido lugar.
Por todo esto… ¡NO COMPRES, ADOPTA!

M.


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