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Votemos, antes de que sea tarde.

En unas horas comenzarán las elecciones generales, esas de las que se lleva meses hablando y la gente se encuentra expectante. En unas horas se decidirá el futuro de este país durante los próximos cuatro años. Por primera vez en la historia de la democracia española, tras el fin de la dictadura franquista, nos encontramos ante cinco posibilidades de votos ganadores. Mucha gente no esperaba que la ultraderecha pudiera ser una de estas cinco fuerzas políticas pero mucha otra sí, sus votantes principalmente. Personas que quizás por ignorancia, por haberse tragado el discurso del miedo que nos venden o porque quizás es mucho más fácil culpar a las minorías antes que enfrentarse a los poderosos, los mismos que te venden que la mayoría de denuncias por violencia de género son falsas, que si no tienes trabajo es por culpa del inmigrante o que el matrimonio entre personas del mismo sexo no es matrimonio, destruyendo así los años de lucha a los que se tuvieron que enfrentar cientos de personas para conseguir los derechos que ahora tenemos  y que siguen peleando por conseguir los que nos faltan. La ultraderecha ha subido y es una realidad demasiado triste. No debemos tampoco olvidar que los enemigos de las mujeres, de las trabajadoras, del colectivo LGTB+ y de las personas racializadas no  son sólo este “nuevo partido”, hay otros dos partidos que no tendrían ningún inconveniente en pactar con los partidarios de una ideología autoritaria. Quizás los mismos que se autoproclaman líderes del feminismo, los mismos que quieren usar los vientres de las mujeres cis-sexuales como mercancía y beneficio económico, los mismos que se declaran feministas por el simple hecho de haber sido paridos por una mujer reduciéndonos de esta forma a simples objetos de reproducción. Éstos mismos simplemente están quedando cómo un mal menor ante la ultraderecha cuando son lo mismo, sólo les diferencia las formas de explicar sus programas electorales.

Quizás eres una de esas personas que ha decidido no ir a votar estas elecciones porque ningún partido te representa lo suficiente. Puede que seas un hombre  de mediana edad blanco cis-hetero sexual de clase media y estás harto de la política, por eso como acto de protesta te vas a quedar en el sofá durante todo el domingo mientras, con suerte, tu familia se va a votar y justo llega tu mujer para prepararte la comida. Porque sí, te consideras una persona progresista pero no mucho, por eso no te piensas levantar para hacer las tareas de la casa. Seguro que también consideras que tu acto de no ir a votar es totalmente necesario porque así daremos una lección a los políticos. Por otro lado, puede que seas una joven de izquierdas que considera un gran acto revolucionario no ir a votar porque ningún partido es lo suficientemente de izquierdas. Créeme compañera, estoy de acuerdo con que ahora mismo no existe ningún partido como el que nos gustaría al cien por cien, pero sí existen partidos que nos pueden arruinar la vida con sus medidas reaccionarias.

A cualquiera de estos dos tipos de personas que mañana no irán a votar, siento ser yo la que os lo diga, pero estáis equivocados en cualquier caso. La opción de votar es una medida más para mostrar tu opinión, no es ninguna tontería y no es nada inútil. Si piensas que votar no va a cambiar tu vida, piensa en la vida de las demás. Aquellas que necesitamos una ley contra la violencia de género, aquellas que queremos mejorar el sistema de pensiones para que las personas jubiladas puedan vivir dignamente, aquellas que queremos vivir libremente nuestra sexualidad, aquellas que queremos unos puestos de trabajo dignos. Si no votas por ti, vota por nosotras, vota para que no perdamos todo lo que hemos conseguido tras años de lucha.

Sinceramente, creo que todas estamos un poco nerviosas por lo que pueda suceder a partir del domingo, nerviosas por el resultado. Pero creo que nunca he podido confiar tanto en un movimiento como la confianza que tengo en el movimiento feminista, en el movimiento LGTB+ , en el movimiento de la clase obrera y en el movimiento de las personas racializadas. Confío en un pueblo que ha hecho historia en muchas ocasiones como cuando  el 8 de Marzo de los últimos dos años cientos de mujeres salimos unidas y gritando que este sistema patriarcal lo vamos a derribar, cuando el último 28 de Junio cientos de personas salieron amándose y reivindicando el día del Orgullo, cuando cientos de jóvenes hemos salido a las calles para que dejen de contaminar un planeta que poco a poco estamos destruyendo, cuando cientos de pensionistas nos dieron una lección y salieron con sus puños en alto reclamando unas pensiones dignas. Confío, porque además no tengo ninguna duda de que si el domingo gana un partido que lleve el pánico por bandera, ni mis compañeras ni yo tendremos miedo porque nos lo habéis querido quitar todo y seguimos aquí. Recordad además que aquí, en este grupo, preferimos morir antes que ser sumisas. Recordad que no tenemos miedo y sobretodo que, poco a poco, hemos ido entendiendo que unidas somos invencibles. 

 


Mutilación Genital Femenina

La primera vez que de verdad me centré a descubrir lo que era la Mutilación Genital Femenina (MGF EN ADELANTE) fue en una clase de Antropología en la Universidad. No es que nunca hubiera escuchado el término ni supiera en qué consistiera, pero fue la primera vez que fui consciente de lo que de verdad era, de lo que de verdad significaba.

En esa clase nos centrábamos en analizar textos sobre culturas muy distintas de la nuestra, leímos muchos textos, que ya no recuerdo. Pero nunca se me olvidará este en particular ni la cara de horror de todas y cada una de las compañeras del aula. Debió ser una de las primeras veces en las que todas las mujeres de la sala estábamos de acuerdo en que algo no estaba bien y que esto debía cambiar.

De ese texto, de esa clase, hace ya 7 años y todavía nada ha cambiado. Te hace plantearte si, las tornas fueran distintas, si fueran ellos los que sufrieran tal mutilación ¿estaría ya erradicada? ¿Sería ya cosa del pasado? ¿Se hubiera formado una revolución tal que todas las culturas que lo practicaban no tuvieran otro remedio que evolucionar?

Yo tengo mi propia opinión formada sobre eso. Yo sólo te dejo las preguntas pero de ti dependen las respuestas.

Hace poco todavía leía acerca de Waris Dirie, una de las mayores activistas en contra de la MGF. Ella, contaba que un día estando tan tranquila, cuando tenía 5 años, sin ser más alta que una cabra, su madre la sujetó mientras una anciana le seccionó el clítoris y la parte interna de la vagina. Luego le cosió la herida, todo esto sin ningún tipo de anestésico, os podéis imaginar el dolor que debió sufrir. Narra que “la anciana no dejó más que una minúscula abertura del tamaño de la cabeza de una cerilla, para orinar y menstruar”. Ella, fue de las afortunadas, sobrevivió al dolor, a las infecciones… Pero su hermana Halimo murió como consecuencia de esta atrocidad.

A la edad de 13 años la obligaron a contraer matrimonio con un anciano de su pueblo, pero ella se negó y escapó a vivir con su tía. Poco después se fue a Londres y allí fue descubierta, y ahora, es una de las modelos más reconocidas del mundo.

Pero ¿por qué hoy en día se sigue practicando la MGF? Una de las justificaciones que se dan para practicarla es que es un “buen método” para asegurar la VIRGINIDAD antes del matrimonio y la FIDELIDAD después de él. Osea, las mutilan, les quitan nuestro pequeño órgano de placer, les hacen sufrir un dolor terrible para el resto de su vida y para encima es ¡POR ELLOS! Como si nuestro cuerpo les perteneciera para hacer con él lo que quisieran.

Se nos sigue considerando seres impuros, se nos castiga para que no podamos disfrutar de las relaciones sexuales, porque nosotras sólo somos un mero objeto sexual para el otro sexo. Parece que nosotras no contamos para las relaciones sexuales, que no tenemos el derecho al disfrute.

Yo siempre pienso que: si no podemos disfrutar ¿por qué Dios, el Universo, la evolución, … (Da igual en lo que creas) nos puso un clítoris tan bien hecho, preparado para hacernos vibrar con cada orgasmo? Cada día soy más consciente que nos da más pena castrar a nuestras mascotas que lo que nos pase a las mujeres (cisgénero) ahí abajo.

Aún se calcula que 3 millones de niñas son mutiladas cada año, y ¡no lo podemos permitir! Desde Mil Voces Violetas condenamos todos los tipos de mutilaciones que se le hace al cuerpo femenino en pro de los varones.

En este 6 de Febrero se “celebra” el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, gracias a Waris y tod@s l@s activisas que luchan para erradicar esta acción, se han tomado muchas medidas y Waris contabiliza en cientos las niñas que han sido salvadas de la mutilación. Pero aún nos queda mucho que hacer, mucha educación que impartir y mucho que luchar. Desde aquí os animo a uniros a la lucha.

Como dicen las Towandas “nuestro coño no es vuestro campo de batalla, no es vuestro negocio. Nuestro coño es nuestro”.

Tipos de mutilación Genital Femenina

Patricia Fernández Rodríguez


Como Mujer…

Categoría: Articulo , Internet , Mujer

Esta semana he hecho una búsqueda en internet con la intención de encontrar una plantilla para hablar de michomachismos en Instagram, cuál fue mi sorpresa cuando al teclear en la sección de imágenes de un conocido buscador la expresión: “como mujer”, salieron los siguientes resultados: “como mujer no siempre eres perfecta; como mujer no vales nada; como mujer valgo mucho; etc.”

Busqueda en Google «como mujer»

He de decir que mi primera reacción fue reírme. Luego, muchas preguntas abordaron mi cabeza: ¿De verdad hay gente que piensa que el feminismo se nos está yendo de las manos cuando las mujeres aún tenemos que aguantar la idea de que no valemos nada? ¿De verdad lo que necesitamos es un hombre que nos haga sentir completas? ¿Hasta qué punto son eficientes los roles de género si normalizamos que una mujer sea “imperfecta” sin un hombre al lado?

Al rato, me sentí indignada, ya que los resultados de mi búsqueda al fin y al cabo son el reflejo de una sociedad machista marcada por unos estereotipos de mujeres que deben tener un hombre a su lado para completarse como persona. La sociedad en la que vivimos.

Y hablando de búsquedas en internet…ayer una noticia devastadora cubría las noticias de nuestro país, era un caso más de agresión sexual en la que el agresor era absuelto. Esta mañana intentando buscar la noticia para compartirla he vuelto a descubrir algo terrible en internet. Cada vez que hacemos una búsqueda relacionada con un caso similar, aparecen webs porno. Algo que no llega a mi entendimiento ya que de por sí es denigrante para la mujer, porque ciertamente la industria pornográfica en particular, o la del sexo en general, nos exhibe como esclavas sexuales para el hombre cishetero, es decir, si intentamos buscar “violación” en internet, aunque sea con fines informativos o educacionales, dependiendo del grado del filtro, podrías encontrar resultados de servidores porno completamente perturbadores tales como: “profesor viola a una de sus jóvenes estudiantes; viola a su hermana pequeña sin condón; violan a la niñera por no cuidar a los niños; etc.”

Búsqueda en google sobre porno, la mayoría violaciones

Las estadísticas actuales de las búsquedas habituales en servidores porno señalan que la mayoría de los vídeos que se consumen implican violencia por parte de los hombres ya que solo muestran el placer de éstos, implique lo que implique este hecho. Además es interesante analizar que la segunda categoría más buscada es teens, lo que hace una vaga referencia a la cosificación del cuerpo de la mujer así como a los cánones de belleza establecidos entre los que se asemeja la juventud con un mejor cuerpo.

Lo peor de todo es que en todos esos resultados se relaciona la violación a una connotación negativa de la mujer que parece justificar la acción: “pendeja”, “niñera que no cuida a los hijos”, “tetona”…, es decir, la mujer tiene un rol negativo en esta situación que justifica la violencia sexual de un hombre sobre ella o sobre otra mujer, aunque sea una simulación.

Pensar que se trata de fantasías o simulaciones nos puede llevar a tolerarlas, pero una vez puestas las gafas violetas te das cuenta de la constante pesadilla que sufren las mujeres, acosadas por la industria pornográfica que incita a los hombres a violarlas y maltratarlas, mostrando una realidad en la que a las mujeres les excita sentirse dominadas y agredidas y en la que los hombres deben de ser unos maltratadores misóginos para complacerlas sexualmente.

Llama la atención que el primer resultado de la función de búsqueda de un conocido buscador de internet: “como mujer no siempre serás perfecta”, podemos comprobar que aún pensamos que la mujer no vale nada sin un hombre y que, por tanto, por ella misma no es y no puede ser perfecta.

Sin embargo, si tecleamos: “como hombre”, el primer resultado será “como hombre que soy”, que parece parafrasear al Dios del Éxodo: Yo Soy el que Soy, demostración de que los hombres siguen considerándose el punto central de la creación, la “Imago Dei”.

Me gustaría que la gente que se vea identificada con mi punto de vista se moviera para denunciar estos claros casos de machismo en la red.

Sara Suárez Criado


Mil piezas.

Categoría: 25 N , Articulo

Recuerdo crecer entre nubes de algodón de azúcar y bonitos vestidos.

Recuerdo la sonrisa de mi madre y su mano acariciando mis mejillas.

Recuerdo los dulces besos que mi padre me daba en la frente cuando volvía de trabajar.

Las vacaciones de verano en el pueblo rodeada de mi familia: los achuchones de la abuela, los chistes raros del abuelo, los ronquidos de mi primo Germán, las largas caminatas por el monte y la luz del sol sobre la piscina cada atardecer.

Recuerdo los clientes de mi padre, hombres prestigiosos y trajeados a los que imaginaba en el parque con sus familias: sus dulces mujeres y sus bellas hijas.

Cuando tenía 10 años no conocía la palabra estereotipo, tampoco sabía lo que era la desigualdad. Ni mucho menos el rol que jugaba yo por ser mujer. Simplemente me parecía que todo el mundo era tan feliz como, en ocasiones, lo era yo también. Adoraba las películas con finales felices y estaba segura de que el mío también sería así.

Me veo a mí misma tumbada en un jardín enorme, con el sol de mediodía iluminando mi cara. Me imagino riéndome a carcajadas, disfrutando de mi vida, disfrutando de mi familia, de mi madre…

También recuerdo como todo cambió.

Recuerdo los gritos de mi padre y los sollozos de mi madre. Recuerdo los moratones y cómo tenía que ayudarla a cubrirlos. Lo necesario que era que yo guardase silencio y no contase nada de lo que sucedía en mi casa a los de fuera.

Recuerdo a mi padre encima de mi madre mientras ella lloraba y le suplicaba que parase.

Recuerdo el último golpe de mi padre y la sangre de mi madre en los zapatos nuevos del colegio.

Recuerdo la rabia, la impotencia, el dolor, las lágrimas…y a muy duras penas, su voz.

(…)

¿Os imagináis cuantas niñas y niños habrán vivido una historia como esta?

Este año son 111 las mujeres que, en este país, han sido asesinadas a manos de su pareja o expareja. Y sí, digo 111 porque cuando un juez no emite un resultado favorable para una sentencia de violencia de género, no significa que no la haya, sino que la justicia de este país sirve a verdugos en lugar de a víctimas.

Ayer, 25 de Noviembre, Día Internacional contra la Violencia de Género, se produjo un asesinato más en nuestro estado. Otro doloroso adiós que deja atrás una familia rota por la ausencia de una forma de amar sana, libre de agresiones y de miedos.

Ayer, como todos los 25 de noviembre, acudimos en Gijón al Parque de Begoña para honrar a todas las mujeres que han sido asesinadas durante el último año, un acto muy emotivo en el que cientos de personas se consagran para escuchar una última vez sus nombres.

Esta mañana, el ciclo de la violencia de un estado que permanece ausente ante los gritos de miles de personas que piden el fin de esta masacre, nos golpea de nuevo. Un acto simbólico que azota y revictimiza a todas las mujeres asesinadas, a todas las que estamos en pie. El árbol donde se cuelgan los nombres de ellas ha sido destrozado a manos de personas insensibles que niegan la realidad.

Una de las pintadas que acompañaban este acto de vandalismo rezaba “la violencia no tiene género”. Pero si lo tiene. Lo tiene porque una sociedad que sigue oprimiendo a mujeres en cualquier parte del mundo por el simple hecho de serlo es una sociedad que juzga y ajusticia en base a su propio criterio. Es por ello que debemos seguir luchando para que la equidad sea real entre mujeres y hombres. Para que se extinga cualquier tipo de actitud machista, violenta.

Ojalá llegue el día en el que ninguna de estas historias se repita y en el que podamos ver el 25N como algo obsoleto. De momento solo podemos continuar con nuestra lucha por una sociedad libre de agresiones machistas.

YO POR ELLAS MADRE, ELLAS POR MÍ.

Ilustración de Sara Chana.

 

Aridane Cuevas Rodríguez.


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